domingo, 17 de junio de 2007

Las retenciones al agro en la Argentina post convertibilidad

Monografía escrita en 2006 para la materia "Taller de lectura y discusión de textos"

Introducción:

Con la salida de la convertibilidad, crisis mediante, ocurrida en Argentina en 2002 se inicia un período de recuperación y crecimiento de la economía nacional, hecho que se refleja en las altas tasas de crecimiento del Producto Bruto Interno (PIB) registradas desde aquel entonces a la actualidad (noviembre de 2006).
En lo que parecería ser, a simple vista, algo contrapuesto a la década del noventa, el estado nacional adopta a partir del 2002 una política cambiaria encaminada a sostener un tipo de cambio alto. Los gobiernos de Duhalde primero y luego el de su sucesor Kirchner, se encargaron de sustituir el anteriormente denominado “1 a 1” (vigente en la década del noventa) por el “3 a 1” de la actualidad. De este modo, lo que antes derivaba en un peso caro y una divisa internacional barata hoy aparece como su contrario: peso barato y moneda extranjera cara. Esto implica que el tipo de cambio vigente es un estímulo para las exportaciones ya que es elevado y, por lo tanto, el poder adquisitivo de la divisa internacional, en nuestra economía, es mucho mayor que antes. Lo que adquiere mayor relevancia aún, si se tiene en cuenta el escenario internacional favorable, que se configura al iniciarse el siglo, para la exportación de mercancías de origen agrario.
En este contexto, a la política cambiaria del “dólar caro” se le suma la aplicación de un impuesto sobre las exportaciones, denominado “derechos de exportación” o “retenciones a las exportaciones”. Así, estamos frente a otro elemento que marcaría una distinción entre el actual gobierno y el de la década pasada. Ahora bien, visto desde este punto de vista, parecería que la aplicación de retenciones constituye toda una novedad en la historia argentina. Sin embargo ¿es la primera vez que se aplica un impuesto de este tipo?
La aplicación de retenciones parecería perjudicar a quienes exportan productos tradicionales (mercancías agrícolas) ya que estos no se quedan con todos los ingresos que podrían obtener, sino estuviera el impuesto. Ahora bien, ¿son afectados los intereses económicos de la cúpula exportadora de productos agropecuarios con la aplicación de los derechos de exportación? ¿Cuál es la participación de las exportaciones de productos primarios y agrícolas en el total de exportaciones de Argentina y el total de divisas generadas por las mismas?
El actual gobierno nacional no afecta, con la aplicación de retenciones, a la cúpula exportadora tradicional argentina debido a que, con las retenciones, el estado de lo que se apropia es una parte de la renta de la tierra y no del beneficio. Para dar cuenta de estas afirmaciones, así como también a los interrogantes planteados mas arriba, el presente trabajo monográfico tiene los siguientes objetivos:

1. Analizar la balanza comercial para ver si efectivamente hoy la “manija” o el control de esta, sigue estando en manos del sector agroexportador, al menos en lo que hace a su peso relativo en las exportaciones argentinas.
2. Analizar la evolución en el monto aplicado en concepto de “derechos de exportación” sobre las exportaciones agrícolas, comparándolas con el resto de las exportaciones argentinas, en relación a la variación de precios y cantidades exportadas, desde de 2002 a la actualidad.

El desarrollo del presente trabajo monográfico está estructurado de la siguiente forma. En primer término se presenta el marco teórico a utilizar; luego indagaremos acerca de la composición de las exportaciones argentinas en la actualidad; posteriormente se hará mención a los antecedentes históricos mas inmediatos de la aplicación de retenciones a las exportaciones; a continuación mostraremos cual ha sido la evolución de la aplicación de los derechos de exportación, desde la salida de la convertibilidad hasta la actualidad. En último término se presentan las conclusiones del trabajo y la bibliografía utilizada para la elaboración del mismo.

Marco teórico:

En términos de Oscar Braun, el sector exportador de mercancías de origen agrario, denominado por él como “oligarquía terrateniente”, es quien tiene la “manija” de la balanza de pagos, debido a que la mayor parte de las exportaciones argentinas son bienes de origen agrario. Este aspecto, sumado a otros, es lo que da fundamento a Braun para caracterizar a la Argentina como un país “dependiente” situación que tiene, para el autor, dos consecuencias. La primera d es la de que, al igual que todo país dependiente, Argentina se encuentra en una condición de “explotación”, respecto de los países imperialistas (EEUU y países de Europa Occidental), que se traduce en guarismos tales como el egreso de utilidades y el deterioro de los términos del intercambio. La segunda consecuencia de la dependencia es, en el análisis Braun, el hecho de que “la tasa de crecimiento global de la economía está limitada por la tasa de crecimiento de los recursos externos (divisas) disponibles.” Lo que el análisis hecho por Braun deja entrever es que habría una suerte de freno externo, no sólo al crecimiento económico, sino también al desarrollo del capitalismo para países como Argentina. Sin entrar con profundidad en esta cuestión, ya que escapa al objetivo de este trabajo, solamente nos importará señalar aquí que no suscribimos a tal posición teórica. Esto reside en el hecho de considerar que la acumulación de capital es un proceso de contenido mundial que toma forma en los espacios nacionales. Lo que supone considerar que no puede pensarse que la acumulación de capital es nacional en su esencia sino que, por el contrario, es una forma concreta más (por supuesto distinta a otras y con particularidades propias) del modo de producción capitalista, en su unidad mundial, que es su contenido. De modo que hablar de términos tales como “subdesarrollo” o “dependencia” es referirse, en definitiva, a eufemismos: países como la Argentina no se encuentran en una situación de “subdesarrollo” del capitalismo sino que por el contrario, forman parte de la plena expresión de éste. Dejando de lado este aspecto, nos interesa recuperar del planteo de Braun el concepto de “manija de la balanza de pagos” (mas concretamente diremos aquí de la balanza comercial) por parte del sector exportador tradicional, para analizar que ocurre hoy en la economía argentina en relación a la aplicación de retenciones sobre los productos agrarios vendidos en el exterior y cómo se ve afectado (o no) este sector con este tributo.

La aplicación de retenciones a las exportaciones implica una apropiación directa, por parte del estado de una porción de la renta de la tierra, generada por la venta en el exterior de mercancías agropecuarias (Iñigo Carrera; 2006) y (Costa, Kicillof y Nahón; 2004). La renta diferencial de la tierra está contenida en el precio de los bienes de origen agrario y esto, sumado a un contexto internacional favorable para estos productos, permite al estado nacional apropiarse, de manera directa, de una parte de este excedente bajo la forma de un tributo denominado “derechos de exportación” y conocido popularmente como “retenciones”. El caso contrario a tal situación, el de apropiación indirecta de la renta, ocurre cuando la autoridad económica mantiene un tipo de cambio apreciado y no aplica retenciones a las exportaciones (Iñigo Carrera; 2006). No será motivo del presente trabajo indagar en esta última forma de apropiación ya que no es la que actualmente el estado nacional emplea.










1. Quienes tienen hoy la manija de la balanza comercial argentina

El plan económico del actual gobierno nacional incluye, entre otros aspectos, una política cambiaria que sostiene un tipo de cambio elevado, conocido popularmente como “modelo de dólar alto”. Esta política cambiaria o “modelo” que consiste en mantener cara la divisa internacional y, por lo tanto, barata la moneda nacional, en un contexto internacional favorable (precios en alza para los commodities), resulta un estímulo para las exportaciones en general y, en particular, para la de productos como la soja, el petróleo, harina, lácteos y aceites entre otros. No obstante, estos últimos productos, así como también todos los derivados de la producción agraria, constituyen más de la mitad de las exportaciones totales argentinas desde (por lo menos) la salida de la convertibilidad (2002) hasta la actualidad. Este dato se corrobora fácil y rápidamente con sólo echar un vistazo a la composición de las exportaciones argentinas por grandes rubros (ver gráfico nº 1).


Gráfico nº 1



En la Argentina post convertibilidad, las exportaciones de manufacturas de origen industrial (MOI) solamente representan una tercera parte del total de los ingresos generados por exportaciones. La producción exportable tradicional de Argentina está representada por los rubros “productos primarios” y “manufacturas de origen agropecuario” (MOA), que incluyen todos aquellos productos extraídos de manera mas o menos directa (es decir con mas o menos producción industrial) de la tierra pero, en definitiva, con aquella característica que usualmente es denominada por los economistas como “de poco valor agregado”. Esto no quiere decir mas que, en el proceso de elaboración del bien final, intervienen pocos eslabonamientos productivos (en comparación a otros tipos de bienes). Encontramos así, dentro de los productos primarios, artículos tales como animales vivos, miel, cereales, pescados y mariscos sin elaborar y también, semillas y frutos oleaginosos (sólo por nombrar algunos de los mas representativos). Por su parte, en las MOA, se ubican mercancías tales como carnes, grasas y aceites, lácteos, pieles y cueros, etc. Estos últimos productos, si bien tienen algún grado mas de elaboración que los primarios, no llegan a tener todo el encadenamiento industrial de otros tipos de bienes.
Dentro de lo que podrían considerarse exportaciones no tradicionales de Argentina tenemos por un lado las ya mencionadas MOI, las cuales abarcan productos como: químicos, textiles, maquinarias y aparatos, etc.; y por otro lado los combustibles y energía, que contienen en su parte mas significativa (por el ingreso en divisas generado hasta el año pasado) petróleo crudo y carburantes y muy poco de energía eléctrica (ver gráfico nº 2).


Gráfico nº 2



Este último dato nos da, de nuevo, una evidencia de la importancia que tienen las exportaciones derivadas de la tierra. Por eso, si sumamos los ingresos generados por las exportaciones industriales por una parte y, por la otra, los obtenidos por las no industriales, obtenemos lo siguiente:

Gráfico nº 3


Los datos obtenidos, acerca de la composición de la balanza comercial, permiten formular la afirmación de que, en la Argentina post convertibilidad, el sector social que detenta la propiedad de la tierra es quien, retomando el planteo de Braun, tiene la manija de la balanza comercial al capturar dos tercios del total de divisas generadas por las exportaciones argentinas. Esto adquiere mayor relevancia si a los productos de exportación tradicional (representados por los rubros “productos primarios” y MOA), les agregamos los incluidos en el rubro “combustibles y energía”. Los productos de la tierra explican buena parte de los ingresos obtenidos por exportaciones en la Argentina post convertibilidad debido a que, retomando el marco teórico, contienen en su precio de venta renta diferencial de la tierra (generada por las condiciones naturales y climáticas de gran parte de la geografía nacional). Sin embargo, si el foco de atención lo ponemos sólo en la producción exportable tradicional (productos primarios y MOA), excluyendo las mercancías agrupadas bajo el rubro “combustibles y energía”, se puede apreciar que las exportaciones argentinas tradicionales representan mas de la mitad del total del ingreso generado por venta de productos en el exterior (ver gráfico nº 4).


Gráfico nº 4


Lo que el análisis del gráfico precedente arroja como conclusión directa (y apreciable a simple vista) es que, en la Argentina post convertibilidad, la manija de al menos la balanza comercial (por no decir del balance de pagos) sigue estando (como bien definiera Braun) en manos del sector exportador tradicional (o agroexportador), denominado popular e históricamente como “oligarquía terrateniente” o simplemente “sector terrateniente”. Este se compone de aquella clase o grupo social que detenta la propiedad de la tierra agraria y obtiene, por esta vía, la renta diferencial que la misma provee, a partir de la venta de las distintas mercancías que, a partir de la tierra, se producen (granos, carnes, cereales, etc.). La situación se ve mas agravada aún, siguiendo a Braun, si tenemos en cuenta que dentro de la exportación no tradicional, buena parte de la misma se compone por productos derivados de otras propiedades del suelo, distintas de las relacionadas con el cultivo o el ganado, que permiten la producción de petróleo, gas e hidrocarburos. Podemos dejar sentado así, sin temor a equivocarnos, que todo análisis de economía política de la situación argentina actual, debería tener en cuenta la dimensión que implica la tenencia de la tierra agraria y, además, la del suelo productor de hidrocarburos; como así también cómo es el proceso de apropiación, con las distintas pujas que esto genera, de la renta de la tierra (agraria y por hidrocarburos) por parte del estado y de los distintos sujetos sociales (terratenientes, clase obrera, pequeña burguesía, etc.) que intervienen.



2. Antecedentes históricos recientes sobre la aplicación de retenciones al agro

La renta diferencial de la tierra, contenida en las mercancías agrarias exportadas, ¿es
apropiada en forma completa por quienes venden los productos? La respuesta a esta pregunta es bastante obvia (y algo ya hemos adelantado en la introducción): no. El estado nacional se apropia de manera directa de una parte de la renta agraria, mediante el cobro de retenciones.
La aplicación de retenciones a las exportaciones de productos tradicionales (primarios y agrarios) por parte del estado, tiene dos antecedentes relativamente recientes, dentro de la historia económica de Argentina. El primero de ellos se ubica en el año 1967 cuando el entonces Ministro de Economía, Krieger Vasena, del presidente (de facto) Juan Carlos Onganía, aplica el tributo sobre productos tradicionales de exportación tales como el trigo, el maíz y la lana. El monto aplicado fue inicialmente de un 25% pero luego fue disminuyendo paulatinamente, conforme avanzaba el año 1967, para ubicarse en un 8%. Este porcentaje se mantiene sin mayores oscilaciones hasta 1976 cuando el gobierno del denominado “Proceso de Reorganización Nacional” elimina el impuesto.
El segundo antecedente histórico del tributo, podemos ubicarlo en la década del ochenta cuando el entonces gobierno radical, aplica el denominado “Plan Primavera” (agosto de 1988). Este plan económico incluía, entre otras medidas, la aplicación de retenciones al agro mediante la implementación de un tipo de cambio diferencial, para los productos agrícolas, inferior al tipo de cambio vigente en el mercado cambiario. En febrero de 1989 el “Plan Primavera” hace agua en el marco de un brote hiperinflacionario que echa por tierra todas las medidas del plan, entre ellas la aplicación de las retenciones a las exportaciones agrarias.
Durante la década del noventa, tanto el agro en particular como, en general, todas las exportaciones argentinas no resultaron afectadas de forma significativa por la aplicación de retenciones. Esto puede ser apreciado cuando se observa el porcentaje de ingresos fiscales generados por las retenciones, como porcentaje del PIB, durante la década del noventa. Es interesante destacar como se eleva este monto luego de la devaluación es decir, en la Argentina post convertibilidad (ver cuadro nº 1). Lo que este hecho dejaría entrever es una muestra clara de lo importante que se ha vuelto, este recurso fiscal, en relación a la década anterior. Los ingresos generados por las exportaciones representan una importante fuente de recursos fiscales ya que los exportadores no se apropian del total de divisas, que obtienen por sus ventas en el exterior al tipo de cambio nominal vigente. El estado se queda con una porción o porcentaje de estos ingresos, en carácter de retenciones a las exportaciones.



Cuadro nº 1





Año monto
1991 0,31
1992 0,03
1993 0,01
1994 0,01
1995 0,02
1996 0,01
1997 (:)
1998 0,01
1999 0,01
2000 0,01
2001 0,02
2002 1,61
2003 2,45
2004 2,29
2005 2,33
(:) :El número es, en valor absoluto, distinto de cero, pero menor que la mitad del último dígito utilizado.
Fuente: Dirección Nacional de Investigaciones y Análisis Fiscal, en base a datos de la AFIP, ANSeS,
Dirección Nacional de Coordinación Fiscal con las Provincias, Oficina Nacional de Presupuesto
y otros organismos.

3. Reaparición de las retenciones en la Argentina de la post convertibilidad

Ya hemos visto que la aplicación de las retenciones no constituye ninguna novedad, al menos en términos históricos, ya que otros gobiernos anteriores también las han implementado. Como también se ha expuesto mas arriba, las retenciones a las exportaciones agrarias surgen nuevamente a partir de la devaluación de la moneda doméstica, el mantenimiento de un tipo de cambio elevado y de un escenario internacional favorable. Resta ver ahora, sobre que productos exportables recae el impuesto y además, si el monto aplicado es uniforme o varía de una mercancía a otra.
De acuerdo a los datos proporcionados por el Ministerio de Economía de la Nación, las retenciones a las exportaciones (denominadas “derechos de exportación”) se aplican a todos los productos, que se venden en el exterior, y están vigentes desde marzo de 2002 con los siguientes porcentajes:

Dentro de las MOA:
- Los granos, los aceites y subproductos derivados de la soja y el girasol abonan el 20%
- Las carnes bovinas con hueso, carnes bovinas procesadas, conservas de carne bovina, un 15%
- Los quesos pagan un 10% y el resto de los productos lácteos, el 15%.
- Los cueros deben pagar el 5%.

Dentro de los productos primarios:
- Los productos regionales (frutas, hortalizas, miel, arroz, etc.) tienen un tributo del 10%.
- Por la exportación de animales vivos de la especie bovina para consumo, los derechos de exportación son del 15 %
- Los cueros y pieles bovinos en bruto se pagan retenciones por el 15%.
- Las semillas oleaginosas están gravadas con el 3,5%

Dentro de los combustibles y energía:
- El petróleo crudo está gravado al 25%. A partir del mes de agosto de 2004 se estableció una alícuota adicional al derecho de exportación cuando el precio del WEST TEXAS INTERMEDIATE (WTI) del barril supera los 32 dólares, de acuerdo a la siguiente escala:

Rango de precio
WTI Alícuota adicional
u$s./barril
32,01 a 34,99 3 %
35,00 a 36,99 6 %
37,00 a 38,99 9 %
39,00 a 40,99 12 %
41,00 a 42,99 15 %
43,00 a 44,99 18 %
45,00 y más 20 %

- Las gasolinas están gravadas al 5%. Tanto el gas licuado propano como el butano tienen un derecho del 20%.

Dentro de las MOI:
- Todos los productos deben pagar el 5% por derechos de exportación

Un análisis, a simple vista, de los datos precedentes habilitaría a pensar que la aplicación de las retenciones debe obedecer a algún criterio en particular debido a que no se aplica para todos los productos exportables, el mismo porcentaje. ¿Se trata de simplemente una decisión política, por parte de la autoridad económica, que favorecería a la exportación industrial en detrimento de la no industrial? En una primera instancia (y con una mirada superficial del asunto), todo parecería indicarnos que así es sobre todo si se mira la evolución en los precios, cantidades y valores de las distintas mercancías exportadas (ver cuadro nº 2).

Cuadro nº 2
Índices de valor, precio y cantidad de las exportaciones por grandes rubros, base 1993=100. Años 2000-2005*
Período Productos Primarios Manufacturas de Origen Agropecuario (MOA) Manufacturas de Origen Industrial (MOI) Combustibles

Valor Precio Cantidad Valor Precio Cantidad Valor Precio Cantidad Valor Precio Cantidad
2000 163,4 90,7 180,2 159,4 82,7 192,7 223,7 97,7 228,9 396,7 160,5 247,2
2001 185,0 88,5 209,0 151,2 84,1 179,9 225,8 94,3 239,5 382,4 133,5 286,4
2002 161,7 87,6 184,7 165,6 80,1 206,7 207,5 90,8 228,5 373,7 128,5 290,8
2003 197,8 101,0 195,9 202,8 89,6 226,3 209,6 89,0 235,5 438,4 156,2 280,6
2004* 209,4 108,2 193,5 242,4 97,3 249,0 259,6 95,9 270,8 501,4 200,6 249,9
2005* 242,0 98,6 245,4 267,1 91,3 292,4 324,5 107,8 301,1 565,7 266,5 212,3
* datos provisorios
Fuente: INDEC

Sin embargo, una mirada un poco mas profunda (desde nuestra referencia teórica) nos invitaría a considerar la cuestión de la renta diferencial de la tierra, contenida tanto en la producción tradicional como así también en aquellos productos de exportación no tradicional y no industrial es decir, hidrocarburos y petróleo; renta que el estado nacional apropia de manera directa mediante la aplicación del impuesto. El ejemplo mas notable de este aspecto, lo encontramos en el monto aplicado sobre los productos que mejor han evolucionado en términos de precio, al iniciarse el presente siglo, el combustible (ver cuadro 2) y la soja y el girasol (aunque no disponemos de los datos). El elevado monto de retenciones aplicado a tales productos podría obedecer, desde nuestra concepción teórica, a que el estado nacional se apropia de renta (o de una parte de ella) sin afectar el beneficio de los capitalistas; hecho que permitiría que la producción no cese. Del mismo modo, la aplicación de un 5% a la producción industrial exportable se explicaría, no por una apropiación de renta, sino más bien por la coyuntura internacional favorable y por el tipo de cambio elevado. Por este mismo motivo es que si bien todos los productos que se exportan son gravados con derechos de exportación, sobre algunos en particular recae un monto de retenciones que dobla o triplica ese gravamen. Por otra parte, otra cuestión que incide en el monto aplicado, pero que no desarrollaremos aquí, es la función que cumple la implementación de los derechos de exportación para evitar la subida de precios en el mercado interno. Esto adquiere mayor relevancia “en la medida en que los productos agropecuarios y principalmente la carne, son el bien-salario por excelencia, o sea, constituyen el 30% o el 40% del consumo real de la clase obrera, del proletariado argentino.”

Quedará como cuestión pendiente, indagar acerca de cuál es la necesidad del estado nacional por aplicar este tipo de tributo y su impacto en la relación con el sector exportador tradicional. Además, si la apropiación directa de la renta agraria (definida de este modo en nuestro marco teórico) representada por la aplicación de retenciones, tuvo las mismas implicancias (en términos económicos y políticos) durante gobiernos democráticos, como el de Alfonsín y el de Kirchner, que durante un gobierno de facto como el de Onganía. Dicho en palabras más simples y más directas: ¿enfrentarse con el sector agroexportador es una característica única de gobiernos democráticos?

A modo de conclusión:

Una primera cuestión a tener en cuenta es que, en la Argentina post convertibilidad, el peso de las exportaciones tradicionales en particular y las derivadas de la tierra en general, es sumamente significativo: representan dos tercios del total de divisas generadas por exportaciones. En este contexto, no parecería ser casual que el sector sobre el que mayor porcentaje de retenciones recaiga sea este: la base de la economía argentina radica en la producción agraria la cual, dadas las actuales condiciones, parece ser la única capaz de competir en el mercado mundial. Sin embargo, las retenciones aplicadas al agro no parecerían afectar los intereses económicos inmediatos del sector exportador tradicional, ya que lo que el estado nacional obtiene (por medio del tributo) es una parte de la renta diferencial de la tierra y no del beneficio. Esto podría llegar a verse, en alguna medida, en el hecho de que el monto aplicado por derechos de exportación sea mayor sobre las exportaciones agrarias en general, que sobre las exportaciones industriales.

En segundo término, lo que aparece como toda una novedad en la Argentina post convertibilidad (en comparación con la década del noventa): el establecimiento de retenciones a exportaciones tradicionales, ha sido utilizado con anterioridad tanto por gobiernos democráticos como por militares. Esto habilitaría a pensar que la relación del estado nacional con el agro ha sido siempre una relación con un grado de mas o menos tensión; la apropiación (directa o indirecta) de recursos generados por exportaciones agrarias se ha sucedido a lo largo de las distintas administraciones nacionales, sean estas militares o democráticas.

En última instancia, nos queda la inquietud acerca de cuál es la función que cumple la apropiación directa de la renta diferencial de la tierra, en el proceso de acumulación de capital en Argentina. Una posible punta, para un futuro análisis, nos la da la ya mencionada cuestión de cómo las retenciones sirven de ancla de precios, para el mercado interno, de las mercancías agrarias exportables. De este modo, el gobierno evita lo que sería (en caso de eliminarse el impuesto) una clara caída en el salario real; lo que podría estar indicándonos la necesidad del capital total de la sociedad, de que la fuerza de trabajo no se venda mas por debajo de su valor, de lo que se vende en la actualidad. Pero no entraremos en mayores conjeturas ya que exceden los límites del trabajo. Queremos que el trabajo sirva para generar nuevos interrogantes antes que para dar respuestas definitivas y acabadas, a una cuestión tan compleja y discutida como es la apropiación de la renta diferencial de la tierra en Argentina y, en particular, las retenciones al agro.


















A N E X O
Exportaciones F.O.B. de Argentina por tipo de bien
Millones de U$S

Concepto 2000 2001 2002 2003 2004 2005

Productos Primarios 5.345,6 6.052,1 5.272,1 6.470,7 6.851,5 7.875,8
Animales vivos 15,9 17,5 8,1 8,8 11,4 13,5
Pescados y Mariscos sin Elaborar 590,4 708,7 481,7 621,9 476,5 440,8
Miel 87,4 71,5 114,2 159,9 121,7 128,5
Hortalizas, Legumbres sin Elaborar 210,2 233,5 184,1 187,5 198,7 238,4
Frutas Frescas 416,0 505,9 389,6 473,2 548,1 687,0
Cereales 2.419,1 2.447,8 2.127,2 2.307,3 2.690,4 2.808,3
Semillas y Frutos Oleaginosos 1.016,8 1.401,1 1.288,0 1.995,6 1.832,0 2.443,7
Tabaco sin Elaborar 120,8 162,1 147,1 151,1 184,2 211,8
Lana Sucia 43,2 30,4 35,2 35,2 41,5 34,1
Fibra de Algodón 53,3 73,1 12,1 2,3 10,8 24,9
Material de Cobre y sus concentrados 307,0 346,7 437,3 473,7 664,7 761,9
Resto Primarios 65,5 53,8 47,4 54,2 71,5 82,9
Manufacturas Origen Agropecuario 7.863,5 7.460,1 8.138,4 10.004,4 11.926,8 13.162,0
Carnes 791,2 364,9 576,3 735,7 1.229,7 1.650,6
Pescados y Mariscos Elaborados 242,7 237,7 235,1 254,7 322,1 352,2
Productos Lácteos 320,9 284,0 301,7 270,9 525,4 599,9
Otros Productos de Origen Animal 14,7 12,4 13,8 21,4 30,1 37,2
Frutas Secas o Congeladas 35,2 31,0 42,1 54,6 63,4 95,6
Té, Yerba Mate, Especies, etc. 64,7 67,0 60,5 53,4 61,2 67,7
Productos de Molinería 158,3 145,1 115,4 86,2 92,3 97,3
Grasas y Aceites 1.678,1 1.636,6 2.086,7 2.833,6 3.162,5 3.290,1
Azúcar y Artículos de Confitería 137,9 120,6 158,4 131,7 146,7 221,2
Preparados de Legumbres y Hortalizas 308,4 325,7 290,2 366,5 444,9 526,5
Bebidas, Líq. Alcohólicos y Vinagre 215,2 209,8 173,1 216,9 274,5 361,9
Residuos y desp.de la Ind.Alimenticia 2.431,1 2.627,7 2.790,0 3.507,0 3.845,4 4.032,2
Extractos Curtientes y Tintóreos 39,8 39,7 34,7 33,9 35,4 38,7
Pieles y Cueros 835,7 819,5 698,2 727,4 836,9 836,2
Lanas Elaboradas 89,7 100,9 108,5 126,9 135,5 133,1
Resto MOA 499,9 437,5 453,9 583,7 720,8 821,6
Manufacturas de Origen Industrial 8.230,0 8.305,6 7.601,3 8.046,9 9.616,4 11.939,3
Productos Químicos y Conexos 1.386,6 1.432,1 1.343,8 1.560,4 2.017,7 2.299,9
Materias Plásticas Artificiales 518,6 628,7 641,6 697,2 940,6 1.147,1
Caucho y sus Manufacturas 166,3 151,1 168,2 160,1 191,2 254,5
Manuf. de Cuero, Marroquinería, etc. 52,9 78,4 62,2 66,4 102,7 113,1
Papel, Cartón, Imprenta y Publicaciones 427,3 357,8 333,3 388,7 482,2 494,6
Textiles y Confecciones 304,7 263,9 227,4 210,8 272,0 290,7
Calzados y sus Componentes 27,7 17,7 12,3 17,7 20,0 28,9
Manuf.de Piedras, Yeso y Cerámicos 96,7 91,3 94,3 102,1 123,4 144,1
Piedras y Metales Preciosos y Manuf. 102,3 103,9 114,7 115,5 139,6 149,3
Metales Comunes y sus Manufacturas 1412,1 1444,8 1593,6 1544,7 1712,5 2316,5
Máq.y Aparatos, Material. Eléctrico 1.102,4 1.125,1 938,9 864,7 1.062,9 1.321,9
Material de Transporte 1.957,0 1.982,2 1.607,4 1.432,7 2.060,1 2.890,8
Vehículos de navegación aérea, marítima y fluvial 318,9 231,5 105,1 535,6 47,0 96,7
Resto MOI 356,5 397,1 358,5 350,2 444,5 391,2
Combustibles y Energía 4.901,9 4.724,9 4.638,8 5.416,8 6.181,0 7.129,3
Petróleo crudo 2.808,8 2.363,3 2.231,1 2.296,4 2.263,1 2.509,0
Carburantes 1.368,3 1.426,9 1.582,8 2.023,9 2.442,1 2.998,3
Grasas y aceites lubricantes 53,7 69,2 55,5 89,9 107,9 136,6
Gas de Petróleo y otros hidrocarburos 451,8 609,8 629,6 872,1 1.163,8 1.253,4
Energía eléctrica 148,2 159,4 67,1 36,7 66,7 100,3
Resto de combustibles 71,1 96,3 72,8 97,9 137,4 131,7

TOTAL 26.341,0 26.542,7 25.650,6 29.938,8 34.575,7 40.106,4
Fuente: INDEC
Total rubro "Combustibles y Energía"
producto/año 2002 2003 2004 2005
Petróleo crudo 2.231,1 2.296,4 2.263,1 2.509,0
Carburantes 1.582,8 2.023,9 2.442,1 2.998,3
Grasas y aceites lubricantes 55,5 89,9 107,9 136,6
Gas de Petróleo y otros hidrocarburos 629,6 872,1 1.163,8 1.253,4
Energía eléctrica 67,1 36,7 66,7 100,3
Resto de combustibles 72,8 97,9 137,4 131,7
Fuente: INDEC
Exportaciones de Argentina por tipo de bien
Millones de Dólares
EXPORTACIONES Total Productos Primarios MOA MOI Combustibles y Energía
total 2001 26.598,3 6.083,5 7.449,5 8.293,8 4.783,8
total 2002 25.709,3 5.308,6 8.159,7 7.627,7 4.613,3
total 2003 29.565,7 6.459,9 9.990,9 7.703,3 5.411,7
total 2004 34.550,2 6.850,4 11.954,1 9.550,2 6.195,5
total 2005 40.106,4 7.875,9 13.162,1 11.939,2 7.129,4
2006 (ene-ago) 29.547,2 5.885,2 9.623,0 9.188,1 4.865,0
totales 159.478,8 32.380,0 52.889,8 46.008,5 28.214,9
Fuente: INDEC.



































Bibliografía utilizada:


• “Crisis y perspectivas del capitalismo argentino”; Iñigo Carrera, Juan, Realidad Económica, Buenos Aires, N° 171, abril/mayo 2000, pp. 52-75

• “El capitalismo argentino en crisis”; Oscar Braun, Siglo XXI Editores, Buenos Aires (1973)

• “El plan económico del gobierno popular”; Oscar Braun, Editorial El Coloquio, Buenos Aires (1974)
vista Realidad Económica Número 203 1º de abril al 15 de mayo 2004
• “Estimación de la renta de la tierra agraria y de la ganancia del capital industrial en Argentina 1882-2004. Fundamento, método y resultados”; Iñigo Carrera, Juan, ponencia presentada en las XX JORNADAS DE HISTORIA ECONOMICA, Universidad Nacional de Mar del Plata, Mar del Plata, octubre de 2006.

• “Historia económica, política y social de la Argentina (1880-2000)”; Rapoport, M: Ediciones Macchi, Buenos Aires (2000)

• “La política económica en una sociedad conflictiva. El caso argentino”; Mallon, R. y Sourrille, J. (1973), Siglo XXI Editores, Buenos Aires


• “Las consecuencias económicas del Sr. Lavagna. Dilemas de un país devaluado”; Augusto Costa, Axel Kicillof y Cecilia Nahón, Revista Realidad Económica, Buenos Aires, Número 203 1º de abril al 15 de mayo 2004

• “Shock externo y desequilibrio fiscal. La macroeconomía de América Latina en los ochenta. Los casos de Argentina, Bolivia, Brasil, Colombia, Chile y México”; Damill, M., Fanelli, J. M., Frenkel, R. documento de la División de Desarrollo Económico, CEPAL, Buenos Aires (1994). A



Sitios de Internet consultados:

http://www.cema.edu.ar/ceieg/arg-rree

http://www.cenda.org.ar

http://www.indec.gov.ar

http://www.mecon.gov.ar/cuentas/internacionales/

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